¿Por qué elegiste la UNAB como casa de estudios y cómo recuerdas tu paso por la vida universitaria?
Escogí la Andrés Bello por su trayectoria e infraestructura y, además, tenía muchos espacios para practicar y entrenar.
Mi paso por la Unab fue muy entretenido, en cuanto a recreación y aprendizaje porque era deporte todo el día. Además, jugaba en la selección de básquetbol de la universidad y estaba con beca deportiva, así que me movía de un lado a otro, porque además de los ramos de la malla, tenía entrenamiento tres veces a la semana. Lo pasé increíble y aprendí muchísimo.
Dentro de los profesores que tuviste en la universidad, ¿hay alguno que haya influido en tu camino y te haya motivado?
El paso por la carrera consolidó muchas de las labores que he desarrollado y todos los académicos fueron sumamente inspiradores y nos ayudaban a ir un poco más allá de nuestras capacidades. Recuerdo particularmente al profesor Raúl Urbina y Jaime Fillol, quien era director de carrera y era muy valorable que un deportista como el, con su trayectoria, estuviera a cargo.
¿Qué herramienta entregada por la universidad te ha servido para tu desarrollo profesional y desempeñarte en lo que hoy haces?
La más importante, sin duda, fue crear los espacios para que nos pudiéramos desarrollar en un rubro que no es una carrera tradicional, en donde nos brindó los espacios y el nivel de una carrera como lo merecíamos. La universidad tomaba muy en serio esta profesión, lo que me ayudó a encontrar la confianza y mi destino: hoy hago clases, sigo siendo deportista, hago las cosas que me gustan y la Unab fue un apoyo y un gran empuje en esto.
Desde hace ocho años soy profesora de Turismo Aventura en DuocUC, tengo varias asignaturas. Paralelo a eso, trabajo con varias empresas del mismo rubro, sobre todo en expediciones de montañas y eso me permite una vinculación con el medio como profesora y tomarlo como experiencia para hacer mis clases. Por otra parte, soy deportista de la clínica MEDS y estoy cursando un Magíster en Educación Superior.
¿Cómo compatibilizas todas tus labores?
Este año ha sido bien intenso y no tengo mucho tiempo, tengo que compatibilizar el estudio con el deporte y la docencia, que tiene los matices en que no es solo el trabajo en el aula, sino que también tienes que corregir y planificar. Sin embargo, si yo estuviera de vacaciones, estaría haciendo lo mismo, seguiría subiendo cerros, yendo a la naturaleza porque disfruto tanto haciendo mi trabajo que no se hace tan pesado.
¿Qué te motivó a empezar a hacer clases en la universidad?
La pedagogía siempre ha estado en mí, me gusta mucho enseñar y, al salir de la universidad, descubrí que me gustaba mucho más la educación superior porque son personas que realmente quieren aprender lo que yo tengo para entregarles.
Me motivó mucho la combinación de enseñar, dejar una huella y mezclarlo con deporte inserto en la naturaleza. Eso me hace sentir que estoy en el mejor lugar que he podido estar.
¿Cuáles son los desafíos que enfrentas en tu día a día?
Para mí es un desafío el mantenerme activa, motivada y satisfecha con lo que estoy haciendo porque es importante saber que estoy entregando buenas herramientas a los estudiantes, formándolos de buena manera y enseñándolos con el ejemplo. Trato de mantenerme activa y acompañarlos en el proceso de escalar una montaña, práctica de bicicletas, kayak, entre otras disciplinas.
¿De qué forma contribuyes desde lo que haces o desempeñas a la sociedad?
Mi granito de arena está en inspirar y enseñar, por ejemplo, cuando un estudiante me dice “nunca lo había vivido, me enamoré, lo quiero hacer por el resto de mi vida” creo que esto es ayudarle a alguien a encontrar un rumbo, desarrollar su verdadero potencial, ahí está mi aporte a la sociedad.
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¿Tienes algún hobby?
La verdad es que es más de lo mismo, me encanta la montaña así que cuando no estoy haciendo expediciones que involucran trabajo, voy a escalar de todas formas, es parte de mí.
Todo partió desde pequeña, nací y crecí en el Cajón del Maipo, rodeada de naturaleza así que salía de mi casa y estaba subiéndome a los árboles y jugando todo el día. Posteriormente, en el colegio, siempre me interesé por el deporte y participaba en las competencias. Sumado a esto está el basquetbol, que lo practicaba de otra forma, fui seleccionada nacional en la época del colegio y en la Unab me becaron así que competía por la universidad.
El deporte es parte fundamental de mi vida, ya no en ese nivel, pero sigo haciendo mucho ejercicio.
Mi pasión por subir cerros nació desde mi papá, en el Cajón, donde me llevó muchas veces a escalar. Después, al entrar al colegio, me dediqué a otros deportes y perdí la práctica de las expediciones, pero, al salir de la universidad lo retomé, cuando me fui a vivir a San Pedro de Atacama. Hoy en día es mi deporte de cabecera.
He tenido la suerte de viajar fuera de Chile y poder subir cerros, también grandes montañas acá y es una pasión muy bonita que me llegó en otra etapa de la vida, más adulta, donde dejé de lado los otros deportes que son más competitivos, en este momento quiero entrenar de forma más tranquila, en vinculación con la naturaleza, de forma autónoma y habitual, siempre estoy pensando en cual será el próximo cerro que voy a subir.
Además, el año pasado participé en un documental de mujeres latinoamericanas que suben la montaña más alta de Chile, que es el Ojos del Salado y fue una experiencia muy bonita.
¿Qué es lo que más disfrutas del deporte?
Las endorfinas, es decir, la sensación post entrenamiento, y es la mejor manera de ahorrarse medicamentos el día de mañana. El deporte me permite tener una buena calidad de vida en cuanto a emocionalidad, tranquilidad, buen dormir, arregla todo.
¿Qué opinas sobre cómo se desarrolla el deporte en Chile? ¿Cambiarías algo respecto al apoyo que se les entrega a los competidores?
Hay muchas cosas que mejorar, pero ha habido un gran avance, lo digo por experiencia propia, hace 20 años atrás entrenábamos de forma paupérrima, vi grandes talentos perderse por esta situación. Siempre va a faltar y se van a necesitar cambios, pero, en la actualidad, se valora mucho más. Por ejemplo, el caso del futbol femenino, hace algunos años era impensado todo lo que está pasando con ese deporte y las mujeres, donde muchas son reconocidas mundialmente.
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