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12 agosto, 2022

ORGULLO UNAB | Desde Alemania este profesional comparte su experiencia en otras áreas como la geología marina

Carlos Arenas egresó en 2017 de la carrera de Geología en la U. Andrés Bello. Hoy, a sus 33 años disfruta de los proyectos de investigación multidisciplinarios y realiza un doctorado en Alemania, lo que le significó un gran desafío y aprendizaje. Esta es su historia.

Escrito por Sonia Tamayo

“No sé si es algo especial, pero me gusta mucho aprender de todo, conocer gente fuera de mi circulo profesional y salir de mi zona de confort. Diría que disfruto enfrentar desafíos que me hagan mejorar tanto a nivel personal como profesional”, describe Carlos Arenas, titulado de la carrera de Geología de la U. Andrés Bello en 2017.

Actualmente, trabaja en investigación en geofísica y geología marina sobre procesos activos en zonas de subducción y realiza su doctorado en Alemania. Sus recuerdos, desafíos y consejos se desprenden de esta entrevista que el alumni dio a Noticias UNAB.

¿Cómo llegaste a la UNAB? Y ¿Cómo fueron tus años de estudiante?

Fue más bien una casualidad. Venía de abandonar la carrera de Astrofísica después de varios años y estaba buscando qué hacer, me sentía un poco perdido. Amigos míos me sugirieron estudiar la posibilidad de entrar a geología, por lo que solicité una entrevista con el jefe de carrera de ese entonces, quien logró convencerme de seguir esta profesión. Los años como estudiante fueron geniales, con mi generación logramos una cohesión muy bacán, muy colaboradora y activa, las salidas a terreno, que fueron muchísimas, siempre fueron intensas tanto por como trabajábamos como por los carretes (risas). Ahí pude conocer a muchos de los que hoy son mis mejores amigos.

¿Cómo ha sido desempeñarte en la geología?

Empecé mi carrera como geólogo el año 2018 y desde entonces he tenido la oportunidad de trabajar para dos compañías en la industria en el área de la ingeniería y geotecnia, y una en la academia, que es donde estoy ahora, haciendo investigación en geofísica y geología marina sobre procesos activos en zonas de subducción. Trabajar en estos campos ha sido muy apasionante, desafiante y divertido, he conocido y trabajado con muchas personas de diferentes orígenes, culturas y formación profesional, lo que me ha hecho aprender más de un idioma, además de conocer países y lugares con paisajes que emocionan. Creo que hay una situación que ha sido punto de inflexión en la forma en que he planteado mi carrera, y que ha sido clave para llevarla hasta este punto.

“No importa que tan complicado sea el camino, hice un plan que hasta hoy y sin saber qué pasará en el futuro, puedo decir que ha sido una gran aventura con grandes aprendizajes”.

¿Cómo fue tu primer trabajo?

En mi primer trabajo tuve la misión de mejorar o añadir valor a procesos ingenieriles mediante metodologías de innovación, que, al no estar relacionado con mi profesión, me hizo pensar fuera de la caja y darme cuenta de que las aplicaciones de las herramientas que brinda una carrera científica no se limitan a la disciplina donde se adquirieron, sino que también pueden crear iniciativas en muchas otras disciplinas como la creación de un producto, servicio o proyectos de investigación multidisciplinarios. Esta experiencia me hizo plantearme nuevas posibilidades y no limitarme al campo de acción estándar de la profesión.

CARLOS ARENAS ALUMNI

¿Cuáles son los desafíos más complejos que has enfrentado durante tu trayectoria profesional?

Sin duda uno de los desafíos más complejos ha sido dirigir mi carrera hacia donde he querido, ya que al incluir otras disciplinas como lo son la geofísica marina y programación, y tener solo un curso introductorio relacionado a la geología marina. Y bueno, ¡también la barrera idiomática! Cuando empecé con la idea de seguir este camino, mi nivel de inglés era pésimo y no tenia conocimiento alguno de alemán. Con mucho trabajo hoy soy avanzado en inglés y estoy dando mis primeros pasos en el alemán con el cual ya puedo sobrevivir. Por último, mencionaría al proceso de migración y adaptación a una nueva cultura, clima, e idioma, que, si bien no es profesional como tal, tiene una influencia directa en todo lo que uno hace cuando te vas a otro país completamente diferente. Jamás me resulto tan difícil ir a cortarme el pelo (risas). El mejor acierto fue perseguir aquello que en realidad me gusta y quiero para mí vida, que es conocer el mundo, otras culturas, su gente y al mismo tiempo trabajar en proyectos que involucren la exploración marina. No importa que tan complicado sea el camino, hice un plan que hasta hoy y sin saber qué pasará en el futuro, puedo decir que ha sido una gran aventura con grandes aprendizajes.

Te has desempeñado en el campo de la Innovación, tecnología e ingeniería digital, ¿en qué consiste eso? ¿Cómo lograste llegar buscar un nicho tan específico?

Sí, pasó en mi primer trabajo, mientras me desempeñaba en una compañía de ingeniería civil. Debido a causas del mercado y problemas internos, la empresa estaba pasando por una crisis que la estaba empujando a cambiar la forma en que se hacían ciertas cosas. Sin embargo, el pool de ingenieros estaba siempre “apagando incendios” en los proyectos actuales y no tenían tiempo, ni energía, para desarrollar los cambios que se requerían. Pocos meses después de mi ingreso, hubo un cambio en la gerencia, y el nuevo gerente, que era australiano y no hablaba español, llegó con la idea de invertir recursos en esos cambios, y yo al ser nuevo, aun con tiempo libre, además de que ya hablaba algo de inglés, me propuso la idea de introducirme en desarrollo de esos cambios, lo cual acepté. Lo que pasó después fue algo fantástico, porque al conversar con los diferentes equipos de ingenieros para conocer sobre el funcionamiento interno de la empresa, descubrimos los puntos donde podíamos añadir valor y hacer más eficiente el trabajo. Bajo ese principio, formamos la división de ingeniería digital con ayuda de la oficina de Brasil y Canadá. Fue una experiencia muy bonita de la cual guardo un especial recuerdo, por el proceso de descubrimiento, así como también de las geniales personas y profesionales que pude conocer, con las cuales aún mantengo contacto.

Doctorado y consejos

Te estás doctorando en Alemania, ¿Cómo ha sido esa experiencia?

Desde adolescente siempre fantaseé con la idea de migrar a un país como este, aunque nunca me lo tomé en serio hasta que comencé a sentir interés real en la exploración oceánica y, especialmente, por los hidratos de gas, los cuales son un recurso energético que son prácticamente hielo inflamable; y ver hielo envuelto en fuego fue algo tan loco que hizo despertar mi curiosidad (risas) y quise aprender más de ello. Pude introducirme en este tema durante la realización de la tesis de pregrado, ya que quería salir de los temas clásicos y quería descubrir temas y motivaciones nuevas para mí. Tuve la fortuna de cruzarme con un excelente profesor tutor que me enseñó las bases de esta área de investigación y me incentivó a explorar mi propia visión del tema. Años después, durante la crisis de la pandemia, encontré la inspiración y energía necesaria para crear un proyecto de investigación que aceptaron aquí en Alemania y que con ayuda de la Becas Chile de ANID y el DAAD, puedo llevar a cabo.

¿Qué les dirías a los actuales estudiantes de geología?

Les diría que se animen a explorar nuevas ideas y posibilidades, que nuestra profesión va mucho más allá de lo tradicional. En el área de las geociencias marinas se necesitan personas, no solo en Chile sino en el mundo. El océano esta muy poco explorado aun, porque se necesita capital humano especializado y herramientas tecnológicas para ello. En Chile, nuestro mercado siempre ha sido, mayormente, la minería e ingeniería, y pienso que teniendo miles de kilómetros de costa, tenemos muchas oportunidades allí, desde el desarrollo de obras de ingeniería offshore, como campos eólicos para la obtención de energía verde, hasta la exploración del subsuelo marino no solo para recursos energéticos sino también para la detección de riesgos geológicos producto de desestabilización de las taludes producidas por lo terremotos o volcanes submarinos, entre otros, con lo cual se podrían llegar a desarrollar sistemas de monitoreo que eventualmente podrían salvar vidas. Me motiva pensar que el desarrollo de un país parte por las personas y no por el gobierno de turno ni por la constitución. El desarrollo parte de las ideas y creo que esta área de estudio tiene cosas que aportar a ello a un país como el nuestro.

Finalmente, ¿Cuáles son tus proyecciones a futuro?

Uff…eso es algo en lo que aún estoy por definir, se me vienen muchas cosas a la cabeza. Sin embargo, tengo claro que quiero seguir ligado a proyectos de exploración oceánica y seguir conociendo el mundo. También, me hace mucha ilusión, en un futuro, promover esta ciencia en Chile porque pienso que tenemos mucho potencial natural, como personas, para su desarrollo.