Cuando hace cuatro años Carina Letelier, titulada en Ingeniería Civil Industrial y Magíster en Ciencias de la Ingeniería mención Logística y Gestión de Operaciones UNAB dejó la empresa donde trabajaba para hacer de la Astrofotografía su pasión en la vida, no sospechó jamás que entraría en la historia de la Nasa y de esa disciplina en particular, en la cual ha podido combinar a la perfección su motivación por explorar los cielos con el sentido de planificación adquirido en su época de estudiante en la Facultad de Ingeniería.
Una instantánea que tomó a una estrella, mientras buscaba auroras boreales en el Círculo Polar Ártico, en Islandia -y cuyo título es Aurora Over Artic Henge-, le valió ser, el 27 de marzo pasado, la primera mujer chilena y latinoamericana, y una de las pocas en el mundo, en tener publicado un trabajo suyo como Astronomy Picture of the Day de la NASA. Hoy, puede decir con satisfacción que ese gran paso dado para cambiar su rumbo y mirar hacia los cielos del mundo, sí valió la pena.
¿Qué es lo que más valoras de este reconocimiento?
Aparte de ser yo la primera chilena y latinoamericana en publicar “la foto del día” en los archivos de la NASA, es saber que esa imagen que tomé, tras mucho esfuerzo y planificación, quedará para siempre registrada ahí, y que ese registro servirá también para que muchas otras personas que quizás piensan que nunca cambiarán o saldrán de su zona de confort para perseguir metas tan desafiantes como ésta, se animen a hacerlo también. Y digo eso porque en verdad pienso que todos podemos ser cazadores de estrellas.
Es un gran logro, sin dudas. ¿Pero cómo fue el origen del camino que te llevó a eso?
Un día me di cuenta de que quería hacer algo diferente con mi vida. Al mismo tiempo, casi de casualidad me topé con una cámara réflex que tenía tirada por ahí, y quise darle alguna utilidad. A eso se sumó que en las noticias dijeron que habría una lluvia de estrellas, así que sin pensarlo mucho partí al Cajón del Maipo a tomar fotos. Y aunque esa vez que fui, y las veces posteriores, no tomé nada bueno, me interesó aprender. Y así lo fui haciendo, de modo autodidacta. Primero sobre las posiciones y los colores de los astros, después sobre el uso de las cámaras. Y, mientras tanto, surgían cada vez más en mí, las ganas de trascender y de hacer algo distinto, grande.
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¿Fue en esos momentos cuando dejaste la empresa donde trabajabas?
No, antes de irme ya había comenzado también a dictar talleres en los que me fue bien y que, por lo mismo, me hicieron creer que podría dedicarme a esto de forma permanente, y que debía seguir estudiando, aunque también sabía que tenía una base entregada por Ingeniería en la UNAB, tanto en pregrado como en el magíster, que también me iba a ayudar.
Lo que aprendí cuando estudiaba en Campus República, sobre levantamiento de proyectos, planificación, elaboración de presupuestos o marketing, fue muy importante porque sin eso no habría tenido las herramientas para generar una marca, vender una empresa o desarrollar nuevos planes que me llevaran a seguir con esta pasión, pero al mismo tiempo me permitieran vivir de ella.
Ya recibido el reconocimiento de la NASA, debes tener ahora nuevos desafíos en el horizonte, o en las estrellas, mejor dicho.
Sí, muchos. Me gustaría llegar con algún proyecto a la portada de NatGeo o trabajar con ellos, o desarrollar documentales para Netflix. Siempre pensando en la divulgación como un medio para contribuir a la sociedad y, en todo momento, poniendo en perspectiva lo pequeños que somos dentro del Universo.
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