José del Solar y Daniel Troncoso se conocieron en Campus República de Universidad Andrés Bello, al ingresar a la carrera de Ingeniería en Biotecnología, y desde ahí desarrollaron una amistad que más tarde sería también, y hasta hoy, un vínculo de emprendimiento científico denominado ByBug, empresa que desarrolla biotecnología a partir de insectos para transformar residuos orgánicos provenientes de sobras de alimentos o de procesos productivos, en proteínas de alto valor, como vacunas para animales, enzimas o biomateriales.
ByBug es así un emprendimiento nacido de dos innovadores que se atrevieron a experimentar, pero que, según ellos mismos recuerdan, tuvieron en la UNAB una fuente inagotable para dar impulso, en sus años de estudiantes a esa experimentación. Al respecto, José del Solar (quien en tercer año siguió la carrera un UNAB Viña del Mar), comenta que “en la universidad tuve profesores que, aparte de eso, eran grandes investigadores, gracias a los cuales conocí la ciencia desde lo básico y tuve la libertad para aprender, pero además muchos compañeros de escuela que me enseñaron sobre innovación, y contribuyeron a fomentar un ecosistema y una cultura de emprendimiento, como por ejemplo, Daniel (su actual socio), mi primer mentor, y con quien compartimos también el diplomado de Creación de Negocios, donde me formé en gestión, en finanzas y en formulación de proyectos”.
Daniel Troncoso, por su parte, recuerda con especial agradecimiento a Rubén Polanco, profesor que lo incentivó desde el primer año de estudios. “Aunque tenía los conocimientos, me faltaba la rigurosidad del científico, y fue él quien siempre me abrió las puertas para dar vida a ideas que podían parecer excéntricas, pero que me enseñaron a experimentar en el desarrollo de productos”. Agrega a su vez, que siempre le dio gran valor a las posibilidades técnicas que entregaba UNAB. “Para hacer biotecnología se necesita de una infraestructura y maquinaria importantes, y eso no es fácil de encontrar en otras universidades”.
La internacionalización
Acerca de esa apertura hacia otros países, este último agrega que en la actualidad, “además de estar tendiendo puentes con entidades de la biotecnología chilena, lo hacemos también con otras de Latinoamérica, a fin de buscar más inversión, levantar capital y seguir abriendo puertas fuera de las fronteras”.
En relación e este aspecto, José no oculta la intención de que ByBug sea adquirida por algún gigante biotecnológico. Sin embargo, señala que tienen también metas previas. “Si seguimos desarrollándonos, podemos ir en camino de transformar los residuos orgánicos en la próxima generación de materias primas, como ropa o artículos para microchips”.
En relación a esa mirada de futuro con que siempre han sostenido su emprendimiento, apuestan al cambio de paradigma, y a la contribución que ellos están haciendo para ese objetivo. “Queremos ayudar a cambiar la mentalidad de las nuevas generaciones, y por lo mismo ahora tenemos nosotros las puertas abiertas para que los futuros innovadores vengan a aprender sobre cómo lo hicimos”, invita Daniel. “Aportamos tecnología, sustentabilidad e incentivo a las empresas para gestionar una producción sostenible”, finaliza José.