Respecto de esto último, Maximiliano Barrionuevo es actualmente Consejero Regional de Atacama, la región donde nació y se crío, antes de partir a Santiago para estudiar en nuestra casa de estudios. Hoy, ya de vuelta a su zona de origen, busca aportar a la descentralización del país.
¿Cómo te ha servido la experiencia UNAB en tu actividad profesional y política?
Desde luego, ha sido fundamental, y lo quiero reflejar en que ya en esos años, cuando estudiaba, los profesores fueron vinculando con la Arquitectura, e inculcando en mí, conceptos relativos al medio ambiente y a la eficiencia energética que no eran comunes en ese entonces, pero que hoy están normalizados y tienen gran valor en todas nuestras decisiones. Fueron así, mostrándome lo que vendría a futuro.
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¿Recuerdas a algún profesor en particular?
Son varios los que vienen a mi memoria. De todos ellos aprendí. En este momento recuerdo a Federico Sánchez, quien me entregó el título porque era en ese momento director de la carrera, pero también a Cecilia Puga, Alberto Ramírez, Felipe Assadi, Alejandro Soffia, Arturo Torres o Alberto Sato. A varios de ellos me los he encontrado en mi vida laboral, y de todos soy un agradecido por las herramientas que me entregaron.
Al parecer, guardas buenos recuerdos de tu paso por la carrera.
Los mejores. Sobre todo del Campus Casona de Las Condes. Tengo mi corazoncito, y es ahí donde me formé.
Porque ofrecía un plan de magíster de continuidad, lo que me permitió comenzar esos estudios apenas obtuve la licenciatura. Al respecto, en general se necesita experiencia profesional para realizar un magíster, sin embargo el que tomé me preparó muy bien y medio herramientas para enfrentar el mundo laboral de forma competente y estar más adelantado que muchos de mis colegas.
¿En qué aspectos te has podido desarrollar gracias a la base que UNAB te entregó?
Son muchos. Como me he desempeñado en el servicio público, y además me ocupo de temas arquitectónicos y también inmobiliarios, he debido aplicar conocimientos de cálculo, de sustentabilidad, de desarrollo de proyectos, de financiamiento, de búsqueda de recursos permanentes. Todo eso me ha servido para mi ejercicio profesional y también público.
En cada una de mis facetas, trabajo para que todos reciban lo que es justo, y para que los recursos sean bien invertidos y se capitalicen, a fin de que los proyectos y la gente puedan avanzar. En lo profesional, a su vez, me interesa hacer obras bonitas, entregar más horas al diseño, y que el cliente quede satisfecho y sienta que ganó algo. Siempre intento entrar en su mente para así extraer lo que verdaderamente quiere. En ese sentido, la arquitectura es muy gratificante porque puede transformar la vida de las personas con un lápiz y un papel.
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