Hoy, su compromiso con el sector público le ha permitido alcanzar un visible liderazgo, que la ha llevado a ser mentora y promover a más mujeres en cargos de Alta Dirección Pública en el país.
De formación eres contador auditor y hoy ejerces como directora del Hospital de Constitución ¿Cómo ha sido el camino para llegar dónde estás?
El camino a ser directora ha sido desafiante, un gran reto en los profesional y personal por distintos temas, incluso culturales, pero sobretodo satisfactorio.
Comencé mi vida laboral en el sector público de salud como la primera subdirectora administrativa en el Hospital de Constitución, luego trabajé en el hospital de San Javier y como docente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Talca. Nunca me llamó la atención contabilidad, mi carrera de pregrado, sin embargo, hoy veo que fue la base para mi desarrollo y los conocimientos en gestión.
Con el tiempo postulé a una beca de la organización panamericana de la salud OPS y realicé un diplomado de gestión para instituciones de salud, que me permitió la primera incursión en el ámbito de la salud, donde me di cuenta de que me gustaba el servicio público. De eso han pasado 18 años.
Como directora, ya llevo ocho años por el sistema de alta dirección pública, conozco la cultura interna, a la gente y cómo se desempeña la red pública sanitaria. Después de 18 años, la experiencia y los tropiezos te van ayudando a crecer.
¿Qué te motivó a involucrarte en el programa Más Mujeres del Servicio Civil?
El camino para llegar a donde estoy me impulsó a ir un poco más allá, el 2019 comencé como mentora del programa del Estado Más Mujeres, donde trabajo con mujeres de la Red Pública, no solo de salud si no que de todos los ministerios a lo largo del país, para motivarlas a que ocupen cargos de alta dirección, cargos con responsabilidades, y eliminar esos sesgos y limitaciones culturales, como mujeres tenemos que atrevernos a tomar cargos de liderazgo y de responsabilidad.
También trabajo como mentora en otro programa del Estado que se llama “La Brújula” que es un espacio donde realizo mentoría a hombres y mujeres que están recién empezando la vida laboral en el sistema de alta dirección pública.
¿Cómo ha influido personalmente tu trabajo como mentora?
Mucho, uno va aprendiendo del liderazgo en organizaciones públicas y también cómo es la incursión femenina, lo que me ayuda a mostrarles a otras mujeres que sí se pueden hacer cambios.
De hecho, mi trabajo en el hospital ha sido dentro de esa área, ahora estamos ad-portas de ser el primer hospital del país en certificarse con la norma de equidad de género, siendo el primero y único hospital en tener su propio protocolo en la norma chilena 3262 del sistema de igualdad de género y la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. El año pasado, fuimos reconocidos por la sociedad chilena de calidad y seguridad del paciente SOCCAS, por nuestra labor en la creación y aplicación del protocolo de atención de pacientes con enfoque de género, que me permitió este 2024 participar en el congreso internacional de calidad y seguridad del paciente.
Desde mi cargo actual, fui reconocida el 2019 por el Servicio de Salud del Maule por mi liderazgo, inclusión y promoción en la participación de mujeres dentro del Estado, impulsando a mujeres a ingresar al mundo laboral. En marzo del 2021, el alcalde de Constitución me hace un reconocimiento por mi energía y compromiso con el trabajo, la gestión pública y como mujer líder.
A fines del 2023 la gran Logia de Chile me hace entrega de la Medalla Enrique Silva Cimma, única vez entregada en la ciudad de Constitución, por el trabajo que realizo con la comunidad y el trabajo con personas especiales. Junto con ello, en noviembre de 2023, en la ciudad de Concepción, la Corporación nacional de la madera CORMA me hace entrega del premio al mérito con la distinción, El cóndor de los Vientos, reconociendo mi trayectoria como líder del sector salud, mi compromiso con la seguridad, la protección de las personas y por el trabajo mancomunado público-privado, realizado en la pandemia y beneficiando a los usuarios y la comuna de Constitución. Por último, en diciembre de 2023, la Cámara Chilena de la Construcción me nombra mujer líder de la Región del Maule en la versión servicio público. Todos, reconocimientos a mi trayectoria que recibo con humildad y que me impulsan a seguir adelante en el servicio público.
¿Por qué elegiste la Universidad Andrés Bello?
Elegí la Universidad Andrés Bello por su modalidad de estudios y su malla curricular, tenía clases presenciales una vez al mes, de miércoles a sábado. Entonces, por temas de permisos y familia, con mis hijos que eran muy pequeños, se me hacía más cómodo el formato para compatibilizar la vida personal con los estudios. Además, la oportunidad que daba la malla curricular de realizar diplomados y pasantías en el extranjero en importantes universidades era un plus en comparación a otras casas de estudios.
Para mí ha sido muy importante el desarrollo con la universidad.
Siguiendo como en esa misma línea ¿Hay algún profesor que haya marcado tu paso por la universidad?
Recuerdo al doctor Manuel Inostroza, me gustaban mucho sus clases, siempre un experto del sistema sanitario del país. Para mí fue muy grato encontrarme con él en una entrevista del Servicio Civil y que recordara que fui su alumna de los posgrados de la universidad. Lo sigo en redes sociales y cuando puedo participo de sus talleres o webinar que realiza.
También recuerdo al profesor Héctor Sánchez, con quien fui a la pasantía en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en EE.UU., y luego al diplomado de la Universidad Complutense de Madrid, en ambos viajes al extranjero fuimos con él a cargo del alumnado, sigo sus publicaciones con respecto a los cambios en la salud y cómo la universidad ha avanzado en estos temas.
Tú has contribuido mucho en lo que es la equidad de género, no solamente en tu Región, pero igual me gustaría preguntarte a ti ¿De qué manera sientes que contribuyes hoy en día a la sociedad o esperas seguir contribuyendo?
Para mí, la diversidad nos hace únicos, es el tesoro que todos y todas tenemos y es único en cada individuo, cuando reconocemos eso aprendemos a valorar el aporte y la contribución de cada persona. Como funcionaria pública y directora de hospital me siento responsable de ser parte del cambio y abrir camino a las nuevas generaciones, a las mujeres que quieren desempeñarse en cargos de responsabilidad y, desde ahí, el trabajar los sesgos y la cultura organizacional. Por ello, desde hace seis años trabajo realizando mentorías, para que más personas se involucren con el desarrollo social, cultural y, por supuesto, el sanitario. Las mentorías que realizo para los dos programas del Servicio Civil me llevaron a ser reconocida en el Palacio de La Moneda, en diciembre 2022.
He trabajado, con mujeres que son y siguen siendo líderes, presidentas de juntas de vecinos, consejos de desarrollo, entre otros. Me gusta resaltar, valorar el trabajo y el liderazgo que tantas mujeres realizan por sus organizaciones civiles y comunales.
Para mí, es tremendamente importante pavimentar el camino para las futuras generaciones. Tengo un hijo y una hija, y quiero una sociedad más equitativa y justa para ellos, con oportunidades y desarrollo.
Demostrar que las mujeres sí pueden estar donde quieran estar y que, si tienen las competencias para hacerlo, independiente de tener una familia, ser mamá o estar a cargo o al cuidado de alguien, no es un impedimento para poder desarrollarse profesionalmente, todo lo contrario, es un incentivo. En mi camino profesional ha sido muy importante mi familia, el apoyo de mi esposo y su comprensión han sido pilares fundamentales para mi desarrollo.
¿Ha sido difícil?
Sí. Todo cambio cultural es complejo y lleva tiempo. Sin embargo, sí se puede, todas las mujeres, si queremos, podemos asumir cargos de responsabilidad, estamos capacitadas y tenemos las competencias. Por ello, debemos seguir avanzando en los sesgos y creencias limitantes, y no olvidar que los estudios demuestran que cuando la mujer también trabaja mejora la calidad de vida del núcleo familiar.
He vivido situaciones que no debiese, pero todo eso me ha forjado como profesional y como persona. Tengo la convicción que estamos aquí para dejar una la huella, cada uno tiene su esencia y es lo que nos hace únicos.
Anette, ¿qué herramientas crees tú que te entregó la universidad?
En mi vida profesional, todo lo que aprendí en la universidad, en los postgrados y los estudios del extranjero, me han permitido desarrollar mejor el papel de calidad y seguridad del paciente, realizar capacitaciones sobre la cultura de calidad hospitalaria a distintos recintos de la Red del Maule. Además, de trabajar en una investigación de los eventos adversos en pacientes del Hospital de Constitución, lo que permitió la creación de nuevos protocolos, procedimientos y acciones para disminuir el riesgo de atenciones sanitarias, con el fin de mejorar la atención y la seguridad de los pacientes.
Aprendí con la universidad a valorar el sistema sanitario chileno de una manera totalmente distinta, poder tener la oportunidad de conocer otros países y su sistema sanitario, me permitió apreciar lo que tenemos y lo importante que somos en el sistema para su funcionamiento, que todo lo que hacemos impacta y que debemos ser parte de los avances y trabajar juntos por un sistema de salud para todos y todas.
En lo personal, me permitió darme cuenta de que me encanta lo que hago, que la función pública es apasionante. Fui la mejor alumna en el magister de salud pública, no solo aprendí las herramientas que hoy me permiten desempeñarme como directora de un hospital, si no que me enseñó a darme cuenta de lo afortunada que soy por estar aquí.