¿Cómo ha sido el camino para llegar a ser parte del Servicio de Salud Metropolitano Oriente?
Antes de ingresar aquí yo trabajé por nueve años en el área de salud mental, y paralelamente, dicté clases como profesor adjunto en la Universidad Andrés Bello. Con esta experiencia cursé el Magíster en Salud Mental de la Universidad de Chile, lo que me permitió postular a este trabajo como asesor y ser parte de su equipo.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Me cambio la perspectiva porque pasé de atender usuarios a realizar gestión en ocho comunas, incluyendo Isla de Pascua, por lo tanto, es un cambio súper importante en relación con mi formación y práctica profesional.
¿Cuáles son las labores que realizas en tu día a día?
Principalmente, yo soy referente de salud mental en temática de adicciones de las ocho comunas del oriente, veo también los programas de Hogares y Residencias Protegidas, de rehabilitación psicosocial, discapacidad y de la población neurodivergente.
Mi día a día es gestionar reuniones, velar por la calidad de la atención a los usuarios y supervisar a los equipos y a los profesionales de toda la red que componen el Servicio de Salud Mental Oriente.
Yo creo que ha cambiado, yo soy el primer terapeuta ocupacional en el Departamento de Gestión De Salud Mental. Entonces, yo creo que los terapeutas ocupacionales han ido abarcando y conquistando otros territorios, principalmente en el área de gestión de salud.
El ser el primer terapeuta ocupacional en el Departamento de Salud Mental, me ha ayudado a reencantarme con la carrera, porque el área de gestión se relacionaba mucho a las carreras de psicología y trabajo social, hoy somos más los terapeutas ocupacionales que nos estamos dedicando a la gestión y aportando desde nuestro conocimiento y disciplina.
¿Qué le dirías tú a los jóvenes que quieren hoy seguir la carrera de terapeuta ocupacional?
Yo principalmente les diría que siempre hay que seguir avanzando y abriéndose caminos, la carrera te entrega una serie de conocimientos que te permiten abarcar muchas áreas y aportar desde tu disciplina.
En lo personal, siempre creo que se debe seguir ampliando la mirada y el conocimiento, después de titularme yo terminé un magíster y ahora me encantaría hacer un doctorado, con el fin de abarcar otras problemáticas en salud mental y relacionarme también con otros equipos profesionales.
Cuando entraste a estudiar a la universidad, ¿esperabas que la carrera tomara tanto revuelo?
La verdad es que no. En esos años, no se tenía mucho conocimiento de lo que era o hacía un terapeuta ocupacional. Yo entré a la UNAB por mi hermano, él había ingresado a estudiar kinesiología y la universidad ya estaba súper bien posicionada dentro de las privadas por su calidad docente, infraestructura, sus Campus, etc.
Entré a terapia ocupacional sin conocerla mucho y sin saber bien qué es lo que quería, pero al darme cuenta de que sabíamos un poco de todo me enfoqué en salud mental, lo que me permitió perfeccionarme y definir mis competencias laborales.
¿Hay algún profesor de la UNAB que haya influido en tu camino?
Muchísimos, Claudio Acevedo, Victoria Parraguez y Olga Veliz, por nombrar algunos de los que estaban en esos años. Pero, yo creo que todos aportaron con su grano de arena y me ayudaron a construir mi perfil profesional.
¿Y qué herramienta entregada por la universidad ocupas hasta el día de hoy?
El análisis crítico, que me permitió avanzar y no quedarme solo con lo que existe, sino más bien repensar y reconstruir un poco más allá, pensando y creando en conjunto con lo que aporta la sociedad y abriendo más camino, desde una mirada comunitaria.
Franco, ¿y de qué manera consideras tú que hoy aportas a la sociedad o esperas aportar en un futuro?
Yo siento que intento visibilizar a las personas desde una perspectiva de derechos. Yo creo que el tema de la salud mental hoy es muy importante, y poder visibilizar la salud mental, no solamente con la sintomatología, sino más bien desde una perspectiva de derecho, comunitaria, que entregue conocimiento y abarque distintas perspectivas profesionales.
¿Cuáles son los desafíos que te gustaría abarcar en el sistema de salud los próximos años?
Yo creo que antiguamente era trabajar con los usuarios y que se sintieran como ciudadanos dignos, pero hoy me toca un rol diferente, de capacitar y asesorar a los profesionales para que cambien el foco y entiendan de que somos nosotros los que tenemos que cambiar el chip y no quedarnos con las antiguas perspectivas clínicas, sino más bien visibilizar a las personas como sujeto de derecho, de que son parte de su proceso de recuperación y que toman decisiones.