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29 agosto, 2024

Motivando a las nuevas generaciones: la historia de Gaspar Riveros en el triatlón y su legado en el deporte chileno

Gaspar RiverosEl triatleta chileno comparte su inspiradora historia para convertirse en deportista de alto rendimiento. A pesar de los sacrificios para equilibrar la vida familiar con el entrenamiento intensivo, analiza su experiencia en los Juegos Olímpicos y expresa su deseo de motivar a las nuevas generaciones a soñar en grande con el mundo del deporte.

¿Cómo te iniciaste en el deporte?

Fue por el empuje de mi padre, él siempre fue deportista, corría maratones y nosotros (sus hijos) lo acompañamos a entrenar. Puedo decir que tengo una familia deportista, mi hermano mayor hizo deporte y lo dejó, pero mi hermana, Bárbara Riveros, ha sido cuatro veces olímpica y yo traté de seguir los pasos de ella, hasta que lo logré.
Somos una familia bastante deportiva, todos hemos girado en función al triatlón y todo ha sido gracias a mi padre.

¿Cómo es la vida del triatleta?

Cuando son temporadas de mucho entrenamiento, sobre todo antes de los juegos Olímpicos, son 30 horas semanales y diez horas menos de una vida laboral, no existe el sábado, el domingo, el feriado o el relajo. Si no estás entrenando, tienes que estar descansando o recuperándote a través de masajes.

Es un deporte que requiere mucha demanda, son tres disciplinas, tienes que correr como un atleta, nadar de forma profesional y andar en bicicleta como ciclista. Entonces, es super complejo tener ese balance en los tres deportes, personalmente, mi lado más débil es la natación y es la primera prueba, si no sales en los primeros grupos, por más que seas un excelente atleta o ciclista y con buenos tiempos, es muy difícil posicionarte después en los primeros lugares.

Lamentablemente, es muy difícil este deporte, y digo lamentable, en el sentido de que es muy difícil el balance de las tres disciplinas. Son muchas horas de entrenamiento, de descanso, de sacrificar la familia, tengo una hija pequeña con la que no he estado casi nada y ha sido sumamente difícil.

Veo otros deportes y digo, ¿por qué no hice esto? Otros deportistas tienen mucho más tiempo libre para estar con la familia y sus amigos. Yo no lo puedo hacer con la misma frecuencia y no sé si lo volvería a hacer. Si partiera de chico o pensando en mi hija, no sé si la metería al triatlón porque sé lo duro, solitario y sacrificado que es.

¿Gaspar y quedaste conforme con tu participación en la Olimpiadas?

Eran mis primeros Juegos Olímpicos y mi objetivo era hacerlo lo mejor posible. Me costó entrenar porque estuve enfermo, me recuperé, después comencé a entrenar mejor, pero me costó entrenar a la altura de un seleccionado olímpico, puedo decir que me preparé de la mejor forma posible.

Con los pies en la tierra, no era posible una medalla, todos van en su mejor nivel y mi objetivo era llegar en el primer grupo, pero me fue mal en natación, sufrí mucho y salí en el segundo grupo de tres.

¿Qué pasa por tu cabeza en esos momentos?

En un momento me dije: no es la carrera que quería, pero estoy en los Juegos Olímpicos, no puedo tirar la toalla, hay que luchar hasta el final y eso es lo que hice.

Corrí más o menos en el top 20, tuve que pelear los puestos del 32 al 50 y eso fue lo que luché. No quedé satisfecho, pero estaba dentro de lo que podía pasar y pasó.

Gaspar Riveros¿Qué viene ahora en la vida de Gaspar Riveros?

Es una pregunta super difícil, que la he estado pensando mucho. Tengo 34 años, estoy en mi mejor momento deportivo, no me siento cansado, no me siento viejo, y reflexionándolo bien, me encantaría hacer otro ciclo olímpico, pero hay varios factores, y el principal es que tengo una hija.

Mi equipo de triatlón está en Italia y yo vivo en Suiza, estoy a cuatro horas de mi hija y no puedo pensar en enfocarme un 100% en el triatlón. Estas semanas hemos forjado un lazo con Olivia que no teníamos antes, y quiero ser un padre presente.

Por otro lado, tengo muy pocos auspiciadores, mi equipo de Italia es el que me pasa las zapatillas y la ropa. Hay una marca chilena que me envía los trajes de agua y anteojos, pero el resto corre por mi parte.

Soy olímpico, pero si no fuera por el presupuesto que me ha dado la Federación de Chile y el esfuerzo de mi familia, este sueño sería imposible.

Si tú me preguntas si me encantaría seguir, sí, me encantaría, pero ya no depende solo de mí. Pienso en mi hija y por más que quiera seguir en este deporte o ir por una medalla, no voy a poder.

 Volviendo un poco a tu época universitaria, ¿siempre pensaste en elegir la UNAB para estudiar?

Yo terminé el Colegio y me tomé un año sabático. Pude haber entrado a otras universidades, pero quería enfocarme en el deporte y la UNAB era reconocida a nivel nacional por el apoyo que les entregan a los deportistas. Finalmente, ingresé el 2010 a ingeniería comercial y terminé con un magíster en España.

Me dieron facilidades para congelar, para volver, para participar en competencias, pero había profesores que las daban y otros no. En general, la UNAB tiene una conciencia deportiva, pero en lo personal no me gustaba mostrarme como deportista, trataba de ser bajo perfil y cumplir con todas las obligaciones que tenía al ser alumno.

 ¿Qué es lo que más disfrutaste en tu época de estudiante?

 La piscina, la disfruté mucho mientras estudiaba, los alrededores del Campus Casona también, recuerdo cuando iba en bicicleta, iba a entrenar a los trapenses, farellones y me iba al cerro a correr.

Admito que hasta hoy uso la piscina cuando estoy en Chile.

 ¿De qué forma crees tú que contribuyes a la sociedad?

 Quiero influir de alguna forma en los más pequeños y en lo que yo he hecho toda mi vida deportiva, quiero que el día de mañana los niños puedan soñar en ser olímpicos y en participar en los Juegos Olímpicos.

Hoy, por primera vez en la historia tuvimos dos triatletas, Diego y yo, ambos clasificados por el ranking olímpico y no por una invitación o por el ranking continental. Mi deseo es que los niños y jóvenes nos vean a nosotros como una figura que quiere aportar a que ellos sueñen el día de mañana con participar en unas olimpiadas.

Yo tengo 34 años, me hubiera encantado llegar a los 22 o a los 26, pero llegué con 34, y quiero ver la posibilidad de que el triatlón en Chile parta desde una edad más temprana.

 ¿Cómo ves tú el deporte en Chile, qué nos falta?

Yo creo que lo principal es una mentalidad, apoyar y auspiciar a los deportistas con posibilidades de que sean olímpicos. Lo otro es inversión, Gran Bretaña invierte siete veces más de lo que invierte nuestro país, se enfocan en tener proyectos y campamentos para niños porque generar deportistas de alto rendimiento es parte de su programa de gobierno, y por lo mismo, exigen medallas.