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17 enero, 2025

Una abogada que conecta justicia y equidad | Soy UNAB

Valentina Lezana, es alumni de Derecho UNAB y lidera un innovador estudio jurídico enfocado en el en derecho de familia con perspectiva de género. En 2024 fue reconocida dentro de las 50 mujeres Genias, por su compromiso al generar un impacto positivo en la equidad y el empoderamiento femenino.

 

Cuéntame, ¿actualmente en qué estás?

Como abogada, me dedico al derecho de familia, trabajo con un litigio estratégico con perspectiva de género. Tengo un estudio jurídico digital, llamado Círculo Defensa Mujeres, donde trabajamos todas desde nuestras casas, con una modalidad muy cómoda que nos permite conciliar vida familiar y laboral, asistiendo de manera presencial cuando se requiere, como es en el caso de las audiencias, alegato, etc.

Como estudio, nuestra especialidad es representar mujeres en todas las materias de familia que son el divorcio, qué pasa con los hijos en común; el cuidado personal de los hijos, quién va a tener la atención de este niño; el régimen comunicacional, denominado visitas; los temas de los alimentos; y todas las dinámicas de violencia intrafamiliar o hacia la mujer, que puedan existir.

Me considero una divulgadora jurídica, genero contenido en redes sociales de manera lúdica, entretenida y cercana, para que todas las mujeres puedan comprender y puedan acceder a sus derechos de manera totalmente gratuita. En este sentido, también tengo un compromiso social con la divulgación, participo de charlas, capacitaciones y talleres para organismos públicos y privados.
Para marzo, que es el mes de la mujer, estamos trabajando en charlas que dictaremos a las adolescentes en los colegios, con el fin de entregar conocimientos sobre sus derechos y prevenir la violencia de género desde etapas tempranas.

 

¿Cómo nace esta idea de ejercer el derecho con perspectiva de género?

Yo lo veo como una necesidad. Lo conocí el 2016 con toda esta ola de feminismo que vivió el país y que desde derecho UNAB se creó la primera secretaría de género en la Facultad. Ahí empezamos a conocer lo que significaba y que es mucho más profundo que una ideología.

Uno siempre tiene un fueguito dentro de rebeldía, pero no sabe a qué se debe o no lo entiende. Cuando yo comienzo a instruirme sobre el derecho con perspectiva de género encuentro ese fundamento de peso, que además es jurídico, y entiendo la necesidad de hacer visible y reconocible para la adjudicatura estas particularidades y contextos que vive la mujer dentro de la sociedad.

Hay que entender que no estamos en una posición de igualdad, existe una igualdad desde lo que debería ser cierto, pero no desde lo que es. Hacer visible estos contextos dentro de lo jurídico es indispensable para que se pueda alcanzar la justicia.

Esto se trata de un conocimiento registrado a nivel internacional, Chile ha aceptado tratados internacionales en esta materia y son parte de nuestra legislación. Entonces, las mujeres deben tener en consideración que existen ciertos estándares legales a los que la sociedad debe ajustarse y que ellas pueden hacer valer.

 

¿Cuáles son los desafíos a los que hoy te enfrentas?

Yo creo que en general, los principales enemigos que tengo son la falta de capacitación o el desconocimiento de quienes deberían tenerla, por ejemplo, de la judicatura respecto a lo que significa los derechos de las mujeres.

Falta mucha capacitación respecto a los derechos de las mujeres, algunos jueces ni siquiera manejan los tratados internacionales, hay una resistencia a eso y también una caricaturización acerca del tema de género, donde se piensa que es ideológico y que son opiniones que no deberían ser llevadas a la justicia, pero en Chile la Corte Suprema tiene una política de igualdad de género y no discriminación, existe un cuaderno de buenas prácticas del poder judicial, que le dice a los jueces como fallar con incorporación de perspectiva de género, y esto está reconocido, no lo estoy inventando yo.

 

Volviendo a tu etapa universitaria, ¿cuéntame por qué elegiste la UNAB como casa de estudios?

Yo tenía muchas dudas con respecto a qué estudiar y si derecho era lo mío.  No vengo de una familia de abogados y no sabía bien qué era lo que hacían, pero me sentía muy llamada.

La Universidad Andrés Bello me dio muchas facilidades al momento de postular, me abrió las puertas para poder hacerlo, yo venía de una familia donde no había muchos profesionales y la ayuda económica era fundamental. Además, tenía un enfoque litigante que me encantaba. Yo nunca iba a ser abogada para estar detrás de una pantalla, me encanta ir a tribunales a defender lo que creo que es cierto.

 

¿Cómo recuerdas tu paso por la universidad?

Mi paso por la universidad fue increíble, lo disfruté muchísimo. El primer año fue agotador, como no sabía muy bien lo que era ser abogado estudié muchísimo y comencé a sacar super buenas notas. Era muy estudiosa, solo descansaba los fines de semana. Me privé de muchas cosas familiares, pero fue interesante porque me di cuenta de que yo era capaz y, por otro lado, disfruté en el sentido de tener una vida social activa, salir con amigos y conocer el barrio Bellavista donde se concentra un gran número de estudiantes y se vive la vida universitaria. En tercero (2016) estuve en el Centro de Estudiantes de Derecho, donde movimos un poco el ambiente, pero todo con la finalidad de hacer democracia universitaria.

 

Valentina, ¿hay algún profesor que haya marcado tu camino o impulsado a tomar esta línea de derecho con equidad de género?

En general, este perfil se genera a través de las profundizaciones que uno hace sobre cierta temática en derecho. Desconozco cómo es la malla hoy, pero en mi momento, y en general para todas las universidades, se abarca el derecho en su forma más amplia. Sí, recuerdo con mucho cariño al profesor de Constitucional, José Ignacio Nuñez, que nos entregó una perspectiva del derecho desde un lado más humano y no tan llevado a la ley. Santiago Fernández también, fue el profesor que abarcó temas de género en el derecho; y Francisco Castillo, que era el profesor de Derecho Penal, una de mis materias favoritas, era muy estricto y exigente, pero muy buen profesor.

 

¿Qué herramienta entregada en tu época universitaria te ha servido hoy en lo que tú realizas? 

Yo creo que las simulaciones son una herramienta super importante y que la UNAB ha impulsado y se ha hecho conocida por ese perfil dentro de las universidades. Había mucha simulación, clases o profundizaciones enfocadas en darte las aptitudes para el litigio.

 

Valentina, desde lo que haces ¿Cómo consideras tú que contribuyes a la sociedad?

Yo creo que mi principal contribución hoy es ser divulgadora jurídica y acercar el derecho a las personas, sobre todo a las mujeres, porque siento que mucho se habla del empoderamiento femenino, pero nadie lo entiende.

Robustecer el “feminismo” o las temáticas de equidad de género en algo tan básico como generar acceso a la información, a que conozcan sus derechos y, a la vez, su acceso a la justicia, es la manera en la que he contribuido a la sociedad.

 

¿Cómo te ves tú en unos cinco o diez años más?

Me veo con un proyecto más grande y robusto, que involucre a más personas trabajando conmigo y de distintas profesiones. Me imagino con más posicionamiento y reconocimiento a mi labor de abogada. Me gustaría ser una referente en lo que tiene que ver con el derecho con perspectiva de género.